La apologética, un deber de todo católico cristiano

#1
Introducción

Para comenzar con este tema, deberemos tener presente el significado de la apologética (católica). La misma, es la defensa de la Fe. No hay un protocolo pre-establecido, sino el de hacerlo de la manera que se pueda. Lógicamente, que antes de proceder de esta forma, hay que instruirse, instrucción que jamás acaba, sino que es permanente.

Contenido

Veamos lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica respecto al presente planteo:

1285. Con el Bautismo y la Eucaristía, el sacramento de la Confirmación constituye el conjunto de los "sacramentos de la iniciación cristiana", cuya unidad debe ser salvaguardada. Es preciso, pues, explicar a los fieles que la recepción de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal (cf. Ritual de la Confirmación, Prenotandos 1). En efecto, a los bautizados "el sacramento de la Confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma quedan obligados aún más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras" (LG 11; cf. Ritual de la Confirmación, Prenotandos 2):

(Leer el resto del artículo 2 del Catecismo, para ampliar el tema de la confirmación).

Con los hermanos esperados no tenemos diferencia doctrinal, al menos hasta lo que sabemos, respecto a una obligación de difundir la Fe cristiana en las formas en que sean posibles. El dilema se presenta con cual es la doctrina que se difunde o trata de difundir

1Co 9:7 ¿Quién ha militado alguna vez a cosa propia? ¿Quién planta una viña y no come de sus frutos? ¿Quién apacienta un rebaño y no se alimenta de la leche del rebaño?
1Co 9:8 ¿Hablo acaso al modo humano o no lo dice también la Ley?
1Co 9:9 Porque está escrito en la Ley de Moisés:«No pondrás bozal al buey que trilla¿Es que se preocupa Dios de los bueyes?
1Co 9:10 O bien, ¿no lo dice expresamente por nosotros? Por nosotros ciertamente se escribió, pues el que ara, en esperanza debe arar; y el que trilla, con la esperanza de recibir su parte.
1Co 9:11 Si en vosotros hemos sembrado bienes espirituales, ¡qué mucho que recojamos de vosotros bienes materiales!
1Co 9:12 Si otros tienen estos derechos sobre vosotros, ¿no los tenemos más nosotros? Sin embargo, nunca hemos hecho uso de estos derechos. Al contrario, todo lo soportamos para no crear obstáculo alguno al Evangelio de Cristo.
1Co 9:13 ¿No sabéis que los ministros del templo viven del templo? ¿Que los que sirven al altar, del altar participan?
1Co 9:14 Del mismo modo, también el Señor ha ordenado que los que predican el Evangelio vivan del Evangelio.
1Co 9:15 Mas yo, de ninguno de esos derechos he hecho uso. Y no escribo esto para que se haga así conmigo. ¡Antes morir que...! Mi timbre de gloria ¡nadie lo eliminará!
1Co 9:16 Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!
1Co 9:17 Si lo hiciera por propia iniciativa, ciertamente tendría derecho a una recompensa. Mas si lo hago forzado, es una misión que se me ha confiado.
1Co 9:18 Ahora bien, ¿cuál es mi recompensa? Predicar el Evangelio entregándolo gratuitamente, renunciando al derecho que me confiere el Evangelio.
1Co 9:19 Efectivamente, siendo libre de todos, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más que pueda.
1Co 9:20 Con los judíos me he hecho judío para ganar a los judíos; con los que están bajo la Ley, como quien está bajo la Ley - aun sin estarlo - para ganar a los que están bajo ella.
1Co 9:21 Con los que están sin ley, como quien está sin ley para ganar a los que están sin ley, no estando yo sin ley de Dios sino bajo la ley de Cristo.
1Co 9:22 Me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos.
1Co 9:23 Y todo esto lo hago por el Evangelio para ser partícipe del mismo.
1Co 9:24 ¿No sabéis que en las carreras del estadio todos corren, mas uno solo recibe el premio? ¡Corred de manera que lo consigáis!
1Co 9:25 Los atletas se privan de todo; y eso ¡por una corona corruptible!; nosotros, en cambio, por una incorruptible.
1Co 9:26 Así pues, yo corro, no como a la ventura; y ejerzo el pugilato, no como dando golpes en el vacío,
1Co 9:27 sino que golpeo mi cuerpo y lo esclavizo; no sea que, habiendo proclamado a los demás, resulte yo mismo descalificado.


San Pablo describe de forma excelente lo que implica la apologética católica: predicar el Evangelio gratuitamente, pues así se nos ha sido impuesto ya con los sacramentos del BAUTISMO y la CONFIRMACIÓN.
No hacer apologética, es no cumplir con la Ley; Cristo mismo ordenó predicar el Evangelio a los confines del mundo, por tanto tenemos la obligación como buenos cristianos, de llevar la Palabra. Esto no es, queriendo una remuneración material como hacen algunos, que piden diezmos, y si no pagan el diezmo, al infierno dicen. Pues los que sirven en el altar en el altar participan (sacerdotes participan de las ofrendas, pues éstas eran para el levita) y los ministros del templo viven del templo (como Pablo hacía, que generaba sus propios ingresos sin ser carga alguna para nadie, vendiendo tiendas).

Por tanto, en lugar de ver este sitio, y pasar de largo por este sitio pensando "que sitio loco", regístrate, debate, refuta, apoya. Pues no predicar el Evangelio, defendiendo tu Fe, es no amar al prójimo, y tristemente, no se cumple con lo mandado por Dios mismo.

La apologética tampoco es hacer falso ecumenismo (ecumenismo protestante que manifiesta que es todo lo mismo, y que hay que unirnos y llevarnos bien; sino la confrontación de ideas en caso de no estar de acuerdo; que no es pelear, sino que es BUSCAR LA VERDAD.

¿Y por qué? Porque quien no ama la verdad, se hace reo del Cuerpo de Cristo, se mete como protestante y no pertenece más a la Iglesia que Cristo fundó.

2Ts 2:9 La venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos,
2Ts 2:10 y todo tipo de maldades que seducirán a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado.


1Co 11:26 Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.
1Co 11:27 Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor.

Quien toma, consecuentemente, la comunión, sin identificar el Cuerpo de Cristo, de forma indigna, se mete a protestante.
Si usted está seguro que pertenece a la Iglesia que Cristo fundó, y no es la de esta Editorial, refute nuestras palabras como pueda, y si es de la misma Iglesia que la nuestra, le felicitaremos y fortalezca su Fe.
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