15-12-2020, 11:18 AM
(Última modificación: 25-12-2020, 07:51 AM por Editorial.
Razón: Edición SEO
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Este tema es muy largo para desarrollar, de hecho casi interminable. Pues muchos buscarán un consejo, otros saber características de un matrimonio. Por tanto lo hemos separado en dos partes: La primera comenzando con el matrimonio ante autoridades civiles y siguiendo con el matrimonio religioso, y la segunda parte mencionamos los números principales de la temática del Catecismo de la Iglesia Católca, que previo a los comentarios que hemos planteado en la primera parte, serán un poco más fácil de entender para el lector la concepción del matrimonio tanto en uniones civiles como en el matrimonio consagrado a Dios. Su diferencia, Su origen. Su institución. Y con buena suerte, es probable que consiga un buen consejo de como mejorar su relación matrimonial, o saber cómo debe ser la misma.
Debemos aclarar, principalmente en este tema, que en caso de querer comentar su opinión o postura respecto de este tema (que esperemos hayan), es recomendable guardar las prácticas de sigilo sacramental, planteando generalidades de casos, y no señalando personas ni en donde, ni con quién, ni cuestión similar. Es decir, los comentarios deben ser impersonales y generales.
Matrimonio ante autoridades civiles
Este es la unión civil, no válido ante Dios, por no haber una consagración. La pareja simplemente realiza un acto formal en el cual se constituye la Sociedad Comercial Conyugal, es decir, institución legal en la cual se comparten los bienes y protege los mismos ante el fallecimiento de uno de los cónyuges para que hereden los hijos y el viudo/a no quede en estado desamparado.
El origen de este tipo de uniones es básicamente producto de acomodar en cuanto a aspectos legales lo que ya existía entre judíos y cristianos para evitar que quedaran herencias vacantes, en otras palabras, herencias sin herederos que finalmente quedaban en manos del Estado. Con el fin de realizar un ordenamiento legal en cuanto a bienes respecta y establecer los derechos y obligaciones de los mismos.
Es un requisito indispensable para que el matrimonio tanto civil como religioso (en la Iglesia Católica) sea válido que el mismo sea por voluntad de las partes y no forzado (obligado). Siendo esto un causal de nulidad (o divorcio en algunos países) tanto para el matrimonio civil, como para el matrimonio religioso. Siendo diferente el divorcio de la nulidad, pues en éste último caso, el matrimonio jamás se llevó a cabo, nunca existió. Asimismo hay nulidad ante autoridad civil, si en el mismo se comprueba un acto simulado con el fin de reducir el pago de impuestos por derechos sucesorios, obtener una nacionalidad o bien, un derecho arrendatario. En el caso de causales de nulidad, dependerá exclusivamente de cada caso y lo que determine el Tribunal Eclesiástico.
También hay un impedimento de matrimonio, tanto civil como en el religioso, si las partes presentan un tipo de parentesco muy cercano. También por cuestión etaria, estableciéndose una dispensa en la mayoría de los países a partir de los 14 años.
Así como en el matrimonio religioso la mujer poseía una posición inferior ante el hombre en el Antiguo Testamento, y en el Nuevo Testamento posee una posición de mayor equidad, en el matrimonio civil también sucedió lo mismo, pues en un principio se concedían dotes siendo las mismas no patrimonio de quién las recibía, sino de su familia, y la mujer, diremos que al menos, no era bien visto que mantuviera acciones administrativas de bienes. Las uniones civiles por tanto, han ido evolucionando.
Hasta no hace muchos años, se encontraba penado por el Estado, en casi todos los países hispanos el adulterio con pena de prisión o multa. En la actualidad sólo queda Costa Rica con este tipo de pena, no habiendo sido jamás llevada a la práctica.
Matrimonio religioso
Con respecto al tema del matrimonio religioso, ciertamente habrá mucho para hablar. Ya que debido a que los protestantes no tienen al matrimonio como un sacramento instituido por Dios, debemos ir a ciertos detalles para dar a luz su origen, y como Dios lo ha instituido, al menos en sus puntos básicos, pues hay más citas de las que mencionaremos en el siguiente texto, por lo que nos remitiremos a ciertos puntos básicos únicamente, consecuentemente deberemos comenzar como siempre, desde el principio, esto es, en el Génesis. Veamos entonces, a la primera pareja de la humanidad en el siguiente pasaje, leyéndolo con atención:
Gén 2:15 Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase.
Gén 2:16 Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer,
Gén 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.»
Gén 2:18 Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.»
1) Imposición de una primera orden: Poder comer de cualquier árbol, con excepción del árbol de la ciencia del bien y del mal.
2) El hombre se encontraba solo, Dios consecuentemente le busca una ayuda adecuada (versículo 18)
Gén 2:19 Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera.
Gén 2:20 El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada.
3) Dios hace todos los animales del campo y el hombre le pone nombre a cada uno, no encontrando en ellos una ayuda adecuada (versículos 19 y 20).
4) Notar en el versículo 20 que habiéndole dado nombre a todos los animales, no encontró ninguno que le sea una ayuda adecuada, en otras palabras, alguien de su agrado.
Gén 2:21 Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne.
Gén 2:22 De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre.
5) Versículos 21 y 22: Dios quita una costilla de Adán, rellenando ese espacio con carne y forma a Eva. La enseñanza teológica de estos versículos es que la mujer es parte del hombre, y viene del hombre, tal como San Pablo dice en el siguiente pasaje:
1Co 11:7 El hombre no debe cubrirse la cabeza, pues es imagen y reflejo de Dios; pero la mujer es reflejo del hombre.
1Co 11:8 En efecto, no procede el hombre de la mujer, sino la mujer del hombre.
1Co 11:9 Ni fue creado el hombre por razón de la mujer, sino la mujer por razón del hombre.
1Co 11:10 He ahí por qué debe llevar la mujer sobre la cabeza una señal de sujeción por razón de los ángeles.
1Co 11:11 Por lo demás, ni la mujer sin el hombre, ni el hombre sin la mujer, en el Señor.
1Co 11:12 Porque si la mujer procede del hombre, el hombre, a su vez, nace mediante la mujer. Y todo proviene de Dios.
En otras palabras, aunque aparente que detrás hay un machismo, no es del todo así. Hay que ponerse en el lugar cultural en el tiempo en que fue escrito tanto el Génesis como la 1era carta a los corintios. El Génesis fue escrito poco después ya de la época de Moisés, por tanto el sentido de pertenencia del hombre a la mujer era el énfasis en el que se tomaba en el Antiguo Testamento. Recién en el Nuevo Testamento podemos ver que tanto el hombre como la mujer en un matrimonio se encuentran a la par. Porque la mujer procede del hombre, pero a su vez, éste nace de una mujer siendo todo proveniente de Dios.
En el versículo 22 es importante dar cuenta de que la mujer es llevada por Dios ante el hombre. El lector deberá asociar entonces a la imagen percibida en un matrimonio: ¿Quién entrega a la novia en un matrimonio en la actualidad? Sí, la respuesta es correcta, el padre. La mujer fue llevada por su padre ante el hombre. Esto implica que el suegro del hombre, es Dios mismo. Y a su vez, el suegro de la mujer, es también Dios, quien como no hasta hace mucho tiempo se acostumbraba, el padre del novio buscaba mujer para su hijo. Siendo Dios mismo, valga la redundancia de la idea, suegro y padre del matrimonio.
Gén 2:23 Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.»
6) Tendremos que recordar el texto previo a estas alturas: Dios le había dado forma a todos los animales, Adán le puso nombre a cada uno de ellos pero no se sintió identificado con ninguno de estos animales. Cuando Dios le presenta a Eva, Adán se puso contento, pues vio en ella, un buen complemento. “hueso de mis huesos y carne de mi carne”, es decir, hay una unidad en el matrimonio, esa pareja, se vuelve uno.
En el matrimonio, cuando 2 se vuelven uno, ya sea en el espíritu ministerial que el matrimonio implica o bien, cuando se tiene hijos fruto del mismo, hay un misterio envuelto, por tanto, al ser misterio, es un SACRAMENTO. En este caso, es un sacramento instituido por Dios desde un principio. En el Antiguo Testamento hasta la introducción del sacerdocio Aaronita el matrimonio era la simple consumación del mismo dando como fruto un hijo. Aquella mujer que daba hijo a varón, se convertía automáticamente en su esposa.
Junto con la institución del sacerdocio Aaronita, conviven las dos formas: quien le da un hijo a varón, ésta se convierte automáticamente en su esposa, y la segunda forma es el matrimonio celebrado con una boda y un sacerdote que bendice a la pareja. Se utilizaba en forma regular la figura de desposorio, es decir, un contrato prenupcial en el que se establece una dote a pagar por la mujer y que se debía cumplimentar previo a la celebración de la boda. Siendo el matrimonio el único sacramento en el que no se recibe más que una bendición (y no es poco).
Gén 2:24 Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.
7) Aunque sea doloroso, tanto para el hombre como para la mujer, el matrimonio será la causa por la que se dejará al padre y a la madre para unirse a su esposa y se harán una sola carne (sacramento).
Veamos por tanto, en qué parte de la Biblia dice que el matrimonio es un sacramento, analizando a otra cita, que parafrasea esta misma cita:
Efe 5:31 Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne.
Efe 5:32 Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia.
Efe 5:33 En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido.
Ciertamente, San Pablo enseñó que esta cita es un GRAN MISTERIO, respecto a Cristo y la Iglesia (no dejando de referirse al matrimonio, pues ambos, se vuelven uno).
Veamos las palabras del mismo Jesús, respecto a este tema:
Jua 17:22 Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno:
Jua 17:23 yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
Gén 2:25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro.
8) Gran cita es esta, aunque pase desapercibida en todos sus significados. En un matrimonio no debe haber vergüenza el uno con el otro. Pues los esposos, deben ser uno. Veamos un pasaje relacionado a este tema, que tanto preocupan a los matrimonios:
Jua 8:3 Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio
Jua 8:4 y le dicen: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
Jua 8:5 Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?»
Jua 8:6 Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acuasarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra.
Haremos aclaratoria de cita a la que refieren en la Ley:
Deu 17:2 Si hay en medio de ti, en alguna de las ciudades que Yahveh tu Dios te da, un hombre o una mujer que haga lo que es malo a los ojos de Yahveh tu Dios, violando su alianza,
Deu 17:3 que vaya a servir a otros dioses y se postre ante ellos, o ante el sol, la luna, o todo el ejército de los cielos, cosa que yo no he mandado,
Deu 17:4 y es denunciado a ti; si, después de escucharle y haber hecho una indagación minuciosa, se verifica el hecho y se comprueba que en Israel se ha cometido tal abominación,
Deu 17:5 sacarás a las puertas de tu ciudad a ese hombre o mujer, culpables de esta mala acción, y los apedrearás, al hombre o a la mujer, hasta que mueran.
Deu 17:6 No se podrá ejecutar al reo de muerte más que por declaración de dos o tres testigos; no se le hará morir por declaración de un solo testigo.
Deu 17:7 La primera mano que se pondrá sobre él para darle muerte será la de los testigos, y luego la mano de todo el pueblo. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Mencionada ya la Ley a la que referían los escribas y fariseos, proseguiremos con el pasaje, pues Juan 8 refiere a Deu 17 en cuanto a contenido de Ley respecta:
Jua 8:7 Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.»
Jua 8:8 E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra.
Jua 8:9 Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio.
Jua 8:10 Incorporándose Jesús le dijo: «Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?»
Jua 8:11 Ella respondió: «Nadie, Señor.» Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.»
Jua 8:12 Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.»
Jua 8:13 Los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale.»
Jua 8:14 Jesús les respondió: «Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy.
Jua 8:15 Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie;
Jua 8:16 y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado.
Jua 8:17 Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido.
Jua 8:18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí.»
Jua 8:19 Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?» Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.»
Ciertamente, es una situación vergonzosa la del adulterio. La Ley mandaba a apedrear a aquella persona que cometiera adulterio. Sabiendo que en el Antiguo Testamento la poligamia era permitida y generalmente era la mujer la que era apedreada, aunque ambos deberían haber sido apedreados.
¿Por qué Cristo se puso a escribir en la tierra ante un caso de adulterio? La respuesta puede ser más sencilla de lo que parece: cuando se escribe en tierra, rápido se borra.
Con esto, esta Editorial no quiere decir que un matrimonio sea permisivo al adulterio, sino que incluso lo más duro se debe perdonar para llevar adelante la relación de esposos.
Sino que, al contrario del Antiguo Testamento que permitía dejar esposa (repudiarla) por motivo cualquiera y bastaban 2 testigos y decirle a la mujer “fuera de aquí”. En el Nuevo Testamento, esto ya no es así, pues tampoco hay divorcio como tal. Aunque los hermanos separados digan “hay divorcio porque hubo adulterio”, veamos que dice la Biblia al respecto:
Mat 19:3 Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: «¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?»
Mat 19:4 El respondió: «¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra,
Mat 19:5 y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne?
Mat 19:6 De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.»
Observación: Cristo se encuentra citando el texto planteado en un principio. Génesis 2, 25, en el cual se instituye el matrimonio.
Mat 19:7 Dícenle: «Pues ¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?»
Mat 19:8 Díceles: «Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así.
Observación: Cristo aclara que, en un principio, Adán y Eva, vivían juntos, y nadie más estaba en medio, ya sea poligamia, problemas matrimoniales, pues eran la única pareja y siguieron juntos a pesar de los problemas (incluso con la expulsión del jardín del Edén). Pero con el tiempo, el hombre comenzó a pensar en dejar a la mujer, e irse con otra, y por ello, la Ley admitía tanto la poligamia como repudiar a la mujer, pero que no es el designio de Dios desde un inicio, sino que se permitió por la dureza del corazón del hombre en general.
Mat 19:9 Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer - no por fornicación - y se case con otra, comete adulterio.»
Observación: Aquí hay un cambio en la Ley, porque así dice la Ley de Moisés escrita sobre tablas de piedra:
Éxo 20:17 No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.»
Es decir, a la mujer de tu prójimo no está permitido CODICIAR, pero no está escrito que la mujer no pudiera CODICIAR hombre de su prójimo. (poligamia permitida bajo Ley de Moisés)
Rom 7:6 Mas, al presente, hemos quedado emancipados de la ley, muertos a aquello que nos tenía aprisionados, de modo que sirvamos con un espíritu nuevo y no con la letra vieja.
Ahora bien, como dice Cristo en Mat 19, 9 quien se case con otra mujer, comete adulterio. No se permite ni la poligamia, ni labrar divorcio ni repudiar a la mujer.
La poligamia a la monogamia, junto con el cambio de día sábado al domingo, forman parte de los cambios del Antiguo Testamento al Nuevo Testamento
Gál 4:9 Mas, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales queréis volver a servir de nuevo?
Gál 4:10 Andáis observando los días, los meses, las estaciones, los años.
Gál 4:11 Me hacéis temer no haya sido en vano todo mi afán por vosotros.
Gál 4:12 Os ruego que os hagáis como yo, pues yo me hice como vosotros. Ningún agravio me hicisteis.
Aunque algunos como los adventistas digan que siempre hubo monogamia, o como los Testigos de Jehová que al igual que los primeros, guarden el día sábado y la Biblia así no lo prescriba.
Veremos a continuación la opinión de los Apóstoles al escuchar sobre esta cuestión:
Mat 19:10 Dícenle sus discípulos: «Si tal es la condición del hombre respecto de su mujer, no trae cuenta casarse.»
Sí, los Apóstoles le dijeron a Cristo mismo, en su cara, que si no se pueden divorciar ni repudiar a la mujer cuando ésta se vuelva vieja e insoportable, no conviene casarse. Por tanto hay una indisolubilidad del matrimonio.
Veamos si Cristo les contesta “Pero deben casarse igualmente” o bien, “Opinan cualquier cosa ustedes, si hay una causa válida, pueden divorciarse”:
Mat 19:11 Pero él les dijo: «No todos entienden este lenguaje, sino aquellos a quienes se les ha concedido.
No, Cristo no les contestó ni que había que casarse o que se podían divorciar, por tanto, veremos qué es lo que explica:
Mat 19:12 Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda.»
Consecuentemente, nos encontramos con que hay eunucos, es decir, gente no apta para reproducirse, porque así han nacido.
También hay eunucos que se hicieron así mismos así, por causa del Reino de los Cielos, es decir, que no se casan con motivo al Reino de los Cielos.
Es decir, la Biblia no se encuentra en contra del matrimonio en si, pero de ser así, son bajo ciertos términos que se deben respetar y en las conclusiones finales expondremos algunos de estos.
Hasta aquí tenemos lo siguiente: el matrimonio instituido por Dios desde un principio, en sus dos formas de concebirse como tal. Sabiendo que no existía un matrimonio ante autoridades civiles pues eso se vuelve costumbre varios siglos después de Cristo.
A continuación, veremos que dice San Pablo acerca del matrimonio, acerca de la soltería, y acerca de la viudez:
1Co 7:1 En cuanto a lo que me habéis escrito, bien le está al hombre abstenerse de mujer.
1Co 7:2 No obstante, por razón de la impureza, tenga cada hombre su mujer, y cada mujer su marido.
1Co 7:3 Que el marido dé a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a su marido.
1Co 7:4 No dispone la mujer de su cuerpo, sino el marido. Igualmente, el marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer.
1Co 7:5 No os neguéis el uno al otro sino de mutuo acuerdo, por cierto tiempo, para daros a la oración; luego, volved a estar juntos, para que Satanás no os tiente por vuestra incontinencia.
1Co 7:6 Lo que os digo es una concesión, no un mandato.
1Co 7:7 Mi deseo sería que todos los hombres fueran como yo; mas cada cual tiene de Dios su gracia particular: unos de una manera, otros de otra.
1Co 7:8 No obstante, digo a los célibes y a las viudas: Bien les está quedarse como yo.
1Co 7:9 Pero si no pueden contenerse, que se casen; mejor es casarse que abrasarse.
1Co 7:10 En cuanto a los casados, les ordeno, no yo sino el Señor: que la mujer no se separe del marido,
1Co 7:11 mas en el caso de separarse, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su marido, y que el marido no despida a su mujer.
1Co 7:12 En cuanto a los demás, digo yo, no el Señor: Si un hermano tiene una mujer no creyente y ella consiente en vivir con él, no la despida.
1Co 7:13 Y si una mujer tiene un marido no creyente y él consiente en vivir con ella, no le despida.
1Co 7:14 Pues el marido no creyente queda santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente. De otro modo, vuestros hijos serían impuros, mas ahora son santos.
1Co 7:15 Pero si la parte no creyente quiere separarse, que se separe, en ese caso el hermano o la hermana no están ligados: para vivir en paz os llamó el Señor.
1Co 7:16 Pues ¿qué sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido? Y ¿qué sabes tú, marido, si salvarás a tu mujer?
1Co 7:17 Por lo demás, que cada cual viva conforme le ha asignado el Señor, cada cual como le ha llamado Dios. Es lo que ordeno en todas las Iglesias.
Comentarios de este pasaje: San Pablo recomienda claramente el hecho de no casarse, tal como le habían referido los Apóstoles al mismo Cristo cuando ya les había anunciado que a partir de ese momento, no podía haber ni repudio ni acta de divorcio. De hecho, así como en Gén 2, 21 Dios saca una costilla de Adán para formar a Eva, al hombre le falta sólo una costilla, es decir, su costilla es una sola mujer.
Si bien la monogamia es en un principio, no había mandato inicial que prohibiera la poligamia, y en un principio no la hubo, sino que con el tiempo el hombre creyó que era correcto, por tanto en la Ley de Moisés no se exhibe restricción en la poligamia o monogamia, sino que admite la poligamia. La monogamia se establece la monogamia en los pasajes que ya hemos citado principalmente, se muestra este tema.
Veamos lo que establece la Ley de Moisés al respecto:
Éxo 20:14 No cometerás adulterio.
Éxo 20:15 No robarás.
Éxo 20:16 No darás testimonio falso contra tu prójimo.
Éxo 20:17 No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.»
El mandamiento de No cometerás adulterio, quedó igual. No robarás, quedó igual. No darás testimonio falso contra tu prójimo, quedó igual. Ahora bien, el mandamiento de No codiciarás a la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo (…) tiene un cambio, pues la mujer en el Antiguo Testamento es considerado un “bien” bajo terminología económica. San Pablo en 2Co 7, 2 pone en circunstancia de equidad tanto al hombre como la mujer, e indica una sola unión en matrimonio, es decir, monogamia. Ya no es un “bien” la mujer. Por tanto la mujer en el Nuevo Testamento queda incluida dentro de “No cometerás adulterio”, es decir, que la mujer no vaya con otro, ni el hombre puede ir más con otra mujer aparte de la que tenga.
Una costilla, que proviene de Adán, para formar a Eva, y ambos harán una sola carne. Es decir, ambos se encuentran bajo un mismo espíritu y fruto del matrimonio derivará en uno como la pareja.
Conclusiones parciales (hasta esta parte del texto):
1) En el Nuevo Testamento hay un matrimonio indisoluble. Pues hay un impedimento dado por Cristo mismo para repudiar mujer o labrar acta de divorcio
2) Caso de una separación, ésta es posible, es decir, vivir distanciados sin volverse a casar.
3) Ya que no hay divorcio, ni se puede repudiar mujer, ¿Qué es posible? Existe otra figura, que es la anulación matrimonial. Es decir, contravenido el contrato matrimonial, es posible mediante tribunal eclesiástico determinar (presentando las pruebas de la causa) que el matrimonio fue nulo, en otras palabras, que ese matrimonio jamás existió.
4) Caso anterior, del punto 3, San Pablo recomienda no andar buscando otra pareja, hay personas que han nacido para la soltería, y otros para casarse, citamos en 1Co 7, 8: “bien les está quedarse como yo”
5) En el Antiguo Testamento se admitía la poligamia, al contrario del Nuevo Testamento en el que las relaciones matrimoniales son monogámicas únicamente.
6) Una de las claves del matrimonio será siempre un compartirse el uno al otro, sin vergüenza alguna, pero dándose lugar también a la oración, que paulatinamente mejorará la oración. San Pablo refiere a limitar los tiempos de las actividades.
7) Situación de equidad del hombre con respecto a la mujer en el Nuevo Testamento, opuesto a la situación que presentaba la mujer (que se encontraba en situación inferior) en el trascurso del Antiguo Testamento.
Institución del matrimonio como sacramentos
Ya todo el texto previo otorga una alta certeza de haber un misterio dentro del matrimonio, y como tal, le convierte en un sacramento instituido por Dios. Desafortunadamente, no todo aquel que diga ser cristiano, tiene al matrimonio como sacramento, siendo a duras penas considerado como tal al Bautismo, y no es esta una doctrina mayoritaria de considerar al bautismo como sacramento.
Efe 5:31 Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne.
Efe 5:32 Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia.
Efe 5:33 En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido.
Habiendo un misterio en el matrimonio, consecuentemente el mismo es un SACRAMENTO.
Postura con respecto al matrimonio de los hermanos separados
Podemos afirmar que una inmensa mayoría del protestantismo, a pesar de que la Biblia diga que no se puede labrar acta de divorcio porque una vez casado, si se va con otra, cometerá adulterio; admiten el divorcio en caso de divorcio.
Aunque parezca MUY BÍBLICA la postura protestante, ¿Cuál sería el problema?
La Biblia como ya hemos mencionado, sólo admite el divorcio en caso de fornicación, es decir, una unión civil, o bien “de hecho”, siendo ésta figura la que existió por buen tiempo. Recordando que, en el Antiguo Testamento, mujer que le daba hijo a varón, ésta se convertía automáticamente en su esposa (sin boda), y también existía el matrimonio con boda. Cristo en el pasaje en el que habla del divorcio, se encuentra abrogando lo primero, para establecer lo segundo.
Heb 10:9 entonces - añade -: He aquí que vengo a hacer tu voluntad. Abroga lo primero para establecer el segundo.
Heb 10:10 Y en virtud de esta voluntad somos santificados, merced a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo.
Es otras palabras, sólo se admite el matrimonio consagrado a Dios, el cual siendo un sacramento, por ser un misterio, hay alguien que lo MINISTRA (un sacerdote). Al no tener sacerdotes los protestantes por no reconocer la imposición de manos, ni la figura Papal, realizan un rito de matrimonio, pero NO HAY CONSAGRACIÓN.
Prohibición del matrimonio
1Ti 4:1 El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas,
1Ti 4:2 por la hipocresía de embaucadores que tienen marcada a fuego su propia conciencia;
1Ti 4:3 éstos prohíben el matrimonio y el uso de alimentos que Dios creó para que fueran comidos con acción de gracias por los creyentes y por los que han conocido la verdad.
1Ti 4:4 Porque todo lo que Dios ha creado es bueno y no se ha de rechazar ningún alimento que se coma con acción de gracias;
1Ti 4:5 pues queda santificado por la Palabra de Dios y por la oración.
1Ti 4:6 Su tú enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen ministro de Cristo Jesús, alimentado con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido fielmente.
Los protestantes señalan a los clérigos de la Iglesia Católica como la prohibición de matrimonio realizada por embaucadores (señalada por San Pablo).
Este punto es muy importante, para poder identificar a los embaucadores a los que refiere San Pablo.
1Co 7:8 No obstante, digo a los célibes y a las viudas: Bien les está quedarse como yo.
Un clérigo es célibe. ¿San Pablo mismo prohibió el matrimonio? No. Tampoco hay indicación de que un clérigo se deba casar o no, sino recomendación del tema.
Para comenzar, debemos aclarar que no todo el clero debe ser célibe en la configuración actual de la Iglesia Católica. En primer lugar, los diáconos son parte del clero, y tanto en occidente como en oriente éstos pueden casarse. En segundo lugar, el sacerdote en los ritos orientales puede casarse previo a ordenarse sacerdote y ser sacerdote casado. En el rito latino (que tiene como Patriarca al Papa, se mantiene el celibato). Es decir, que se mantienen los dos regímenes pero separados por rito. No dependiendo de ubicaciones geográficas, pues ritos orientales tienen también iglesias de ese rito en occidente por las colonias que han ido emigrando de oriente a occidente a lo largo de la historia.
Por tanto, si San Pablo mismo recomendó que no se casen, y los sacerdotes incluso del rito latino pueden casarse (previo dejar los hábitos, pueden casarse igualmente), ¿a qué refiere en 1Ti 4, 3 ? Refiere a aquellas personas, que no siendo sacerdotes, ni considerando el matrimonio como un sacramento instituido por Dios, se supone que casan a las parejas, pero las mismas NO FUERON CONSAGRADAS A DIOS, PORQUE LOS CASÓ CUALQUIERA. Por tanto, viven ante Dios, en una unión civil. Causal de divorcio ya que NUNCA FUERON CONSAGRADOS A DIOS Y VIVEN COMO SI CRISTO NO HUBIERA VENIDO, EN ADULTERIO. NUNCA SE CASARON ANTE LOS OJOS DE DIOS.
En otras palabras, con “alguien cualquiera” nos referimos a todo aquel que sin sucesión apostólica, transmitida mediante imposición de manos de persona a persona, le dice a una pareja que los casará en un matrimonio de validez religiosa. El mismo, no siendo sacerdote, y ni siquiera considerando al matrimonio como un sacramento instituido por Dios, realiza una pantomima de celebración del matrimonio, siendo el mismo, inválido y no tiene una mayor validez al matrimonio celebrado ante una autoridad gubernamental (que en realidad al menos con el matrimonio ante autoridad civil, recibirán algo más que de lo que un pastor protestante pueda dar, porque sólo les dará la bendición para que viva en unión civil una pareja, y nada más). PROHIBIENDO DE ESTA MANERA, EL MATRIMONIO.
Conclusiones:
1) El matrimonio es un sacramento instituido por Dios
2) No existe el divorcio ante Dios, sino en las uniones libres (ante autoridades civiles) ya que nunca se han consagrado ante Dios como pareja
3) Quienes prohíben el matrimonio, son aquellos que sin tener autoridad, celebran ritos matrimoniales haciéndole creer a la pareja que es un matrimonio ante Dios, sin serlo de ninguna manera, permaneciendo de esta forma sin casarse.
4) Al no existir el divorcio ante Ley Divina, sólo existe la anulación matrimonial, que tiene causales limitados para que así se determine.
5) El divorcio ante Dios no existe como enseñan los protestantes, ni mucho menos hay que cometer el pecado de adulterio, como requisito para el divorcio en caso de haberse casado en el único matrimonio que existe, es decir, con un ministro válido y consagrada la pareja a Dios.