Nro de pontificado: 1
Pontificado: 30/42 - 64/67
Lugar de nacimiento: Betsaida, Galilea, Imperio Romano

Reseña:

Uno de los doce apóstoles de Jesús, de quien recibió las llaves del Reino de Dios, según la Biblia (Mateo 16:18–19). Murió crucificado boca abajo.

Sus fiestas son el 29 de junio (Fiesta de los Santos Pedro y Pablo) y el 22 de febrero (Cátedra de San Pedro). La Iglesia Católica lo reconoce como el primer Papa (leer Editorial sobre el Papa en la Biblia para ampliar), designado por Cristo. También venerado como santo en las Iglesias orientales, con fiesta el 29 de junio.

Fue el primer discípulo en ver a Cristo resucitado

Sobre su vida, no está tan documentada en bibliografías más allá de la Biblia, sólo podremos encontrar testimonios de santos que han sido contemporáneos a San Pedro o cercanos en el tiempo de vida de este Pontífice.

San Pedro fundó y rigió, junto con los demás apóstoles, en primer lugar la iglesia (física) de Jerusalén, presentándose siempre como jefe de la nueva iglesia en Pentecostés, ante el Consejo supremo, en el castigo de Ananías y Safira, y al recibir los primeros gentiles en la Iglesia. En sus viajes visitaba las iglesias de Palestina; pero el Libro de los Hechos de los Apóstoles nada nos dice en particular acerca de sus trabajos desde la conversión de Cornelio, hasta que fue preso por Herodes Agripa (unos tres años), y desde entonces hasta el Concilio de los Apóstoles, donde le nombra por última vez. La iglesia de Antioquía no fue fundada por él, pero por lo menos la gobernó algún tiempo y no puede dudarse de que estuvo allí. La antigua tradición, de que fue siete años Obispo de Antioquía y veinticinco de Roma, no debe seguramente entenderse como si hubiera vivido en dichas ciudades durante todo aquel tiempo. De sus viajes apostólicos nada sabemos de cierto: parece que predicó en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia (Provincia romana), en Bitania y en Corinto. Lo más importante de su vida son sus relaciones con la Iglesia de Roma, que fundó en tiempo de Claudio (41/54) y rigió por largo tiempo.

I. Toda la Antiguedad afirmó que San Pedro estuvo en Roma, fundó aquella iglesia y padeció allí el martirio; hasta que Marsilio de Padua, partidario de Luis de Baviera en su lucha contra el Papa, se atrevió a mover duda sobre ello. Apasionadamente negaron esta verdad Calvino y sus colegas, y recientemente los teólogos protestantes Baur (m. 1800) y Lipsius y el filósofo Zeller, amigo y discípulo del primero. Los más de los historiadores protestantes la conceden, y Harnack dice: El martirio de Pedro en Roma se negó primero por prejuicios protestantes y luego por prejuicios críticos…. Pero hoy es claro para todo investigador lo erróneo de tales negaciones. El hecho se demuestra,

1) Porque Roma es la única ciudad que pretende haber sido teatro de la postrera actividad y martirio de San Pedro, mas, atendiendo a la situación política y religiosa de Roma, no es imaginable que pudiera sin contradicción haberse tramado tal fábula. No es menos increíble que no se conociera el sitio del martirio, cuando se debía conocer generalmente la forma del mismo, según San Juan 21, 19.

2) Testimonios explícitos lo prueban con indudable certeza histórica: a) en el siglo II: el presbítero Gayo escribía en tiempo del Papa Ceferino (199/217) contra el montanista Procio: “Ego vero apostolorum tropaea libet, occurrent tibi tropaea eorum, qui ecolesiam ilam fundaverunt” (Euseb. 2, 25). Clemente Alejandrino atestigua que Pedro predicó el Evangelio en Roma (Eus. 6, 14); Tegún Tertuliano (De praescr. c. 36), Pedro fue equiparado al Señor en el martirio, y bautizó en el Tiber (De bapt. c. 5). San Irineo (antes del 189) llama repetidas veces a San Pedro y San Pablo fundadores de la Iglesia de Roma. Dionisio de Corinto escribió en tiempo del Papa Sotero (c. 170): Ita et vos tantis monitis consociastis generationem (plantationem) romanorum ac corinthiorum, genitam a Petro et Paulo; etenim ambo etiam nostram Corinthum cum genuissent (plantassent) nos similiter docuerant: similierque una in Italia docentes, martyrium passi sunt eodem tempore. Eus. 2, 25). Según la universal persuasión del siglo II, fueron, pues, Pedro y Pablo fundadores de la Iglesia romana. Pero que no fuera San Pablo el primero que anunció allí el Evangelio, sino encontró una cristiandad ya formada, la prueba de su Ep. Ad Rom (15, 20 ss.; 1.8, 12) — b) Los contemporáneos: Clemente Romano escribía en su Ep. A los corintios (V, VI) sobre los trabajos, sufrimientos y martirio de los Apóstoles Pedro y Pablo, sin citar el lugar de su muerte; y añadía luego: “Estos varones de santa vida se asociaron a un gran número de elegidos, los cuales, sufriendo muchas penas y tormentos, fueron entre nosotros un hermoso dechado”. San Ignacio de Antioquía (hacia 107) escribía a los romanos: “No os ordeno como Pedro y Pablo; aquellos eran Apóstoles, yo soy un sentenciado” - La Sagrada Escritura lo indica harto claro (1 Petr. 5, 13): Salutat vos ecclesia quae est in Babylone coeleta, et Marcus filius meus”. Babilonia del Eufrates había sido en aquel tiempo abandonada por los judíos, y según Plinio y Estrabón era “un gran desierto”: Babilonia de Egipto (El Cairo) era un castillo, por consiguiente no podía contener una gran comunidad regida por Pedro, Príncipe de los Apóstoles. Por tanto esta designación se ha de tomar metafóricamente, y San Pedro llamó así a Roma, como lo hizo San Juan (Apoc. 17), como tipo bíblico de una ciudad populosa y corrompida. Ni es argumento el silencio de los Hechos de los Apóstoles, pues callan asimismo otros sucesos importantes, y en su segunda parte se limitan a la biografía de San Pablo. La negación de haber San Pedro sufrido el martirio en Roma, ha nacido de muy diferente origen que las investigaciones históricas (Dollinger).

2. Que San Pedro fuera Obispo de Roma, lo niegan Lightfoot y Harnack, pero consta que en los siglos IV y V era universal esta persuasión. En el Catálogo de los Papas se le pone a la cabeza el Obispo de Roma se designa generalmente como Sucesor de Pedro, y su cátedra como Sede de Pedro. En el siglo III los Papas Calisto (217-222) y Esteban (254-257) se llaman sucesores de Pedro y fundan en esto su primado, y sus adversarios lo reconocen. San Cipriano (m. 258) llama la Cátedra pontificia., Cátedra de Pedro, y el Catálogo de los Papas de Hipólito (m. 235) pone a la cabeza a San Pedro. Asimismo las expresiones sobre el Primado romano lo demuestran fundándose en que el Obispo de Roma es sucesor del Príncipe de los Apóstoles.

Lo más probable respecto a la estancia de Pedro en Roma es lo que sigue: Desde que Pompeyo trasladó muchos judíos a Roma (63 a. J-C), se formó allí una comunidad de ellos que ascendía a millares; y de entre éstos formó una comunidad cristiana San Pedro, que fue allá a principios del reinado de Claudio (hacia 42). Cuando el 49 fueron expulsados de Roma los judíos, a causa de las continuas turbaciones que allí producían, San Pedro hubo de salir con ellos y el año 50 se halló en Jerusalén, desde donde se dirigió a Antioquía, y luego al norte de Asia Menor. Luego que Nerón permitió a los judíos volver a Roma (hacia 56) regresó también allá San Pedro y permaneció en Roma, por ventura con interrupciones, hasta su muerte.

El día de su martirio fue, según la antigua tradición, el 29 de Junio del 67. Científicamente no se puede demostrar, pues las más antiguas fuentes no dicen nada sobre el tiempo de la muerte de San Pedro y San Pablo. Dionisio de Corintio dice, en general, que murieron por el mismo tiempo (en la misma coyuntura). Orígenes dice que, en tiempo de Nerón (entre 19 de Junio del 64 y el 9 de Junio del 68). Eusebio da el año 13 de Nerón (67), Jerónimo el 68) pero estas afirmaciones son resultado de cálculos, por cierto defectuosos.


Contexto Mundial e Hitos históricos durante este Papado:
* Año 43: Invasión romana definitiva a Britania
* En el momento del asesinato de Julio César, en el año 44 a.C., Roma se había hecho con el control de casi toda la Galia, región que se extendía más allá de las fronteras de la actual Francia.
* Nerón gobierna el Imperio Romano (54-68), establece a Armenia como una avanzada defensiva contra Partia.
* Durante el mes de Julio del año 64, dos tercios de Roma se incendia, el emperador culpa a los cristianos, y es cuando son perseguidos por primera vez. Roma se reconstruye con ciertos recaudos para que no ocurra nuevamente.


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