Nro. de Pontificado: 157
Tiempo de Pontificado: Elegido el 22/4/1073, murió el 25/5/1085
Lugar de nacimiento: Toscana (aprox. año 1020)
Reseña:
En el Concilio emana el "Dictatus papae": sólo el Papa es universal, ninguno puede juzgarlo. Él solo puede desligarse del juramento. Enrique IV, excomulgado se trasladó a Canosa con un Hábito y durante tres días y tres noches imploró perdón.
Uno de los grandes reformadores de la Iglesia Católica. Impuso la prioridad de la Iglesia sobre los poderes seculares (como tantos otros Papas insistieron sobre el tema) y formó la facción Papal en la primera fase del conflicto con el Sacro Imperio Romano Germánico.
Hildebrando, su nombre secular, nació en el seno de una familia pobre y fue enviado a estudiar a Roma a pesar de su situación familiar. Después de ser ordenado clérigo, el Papa Gregorio VI le nombró su Capellán. Considerado como la persona más influyente de Roma, disfrutó de la confianza de todos los Papas que reinaron tras la muerte de Gregorio VI y antes de su propia subida al pontificado en 1073.
Durante estos años, los Papas estuvieron involucrados en una vigorosa campaña para reformar la Iglesia. Es significativo de la importancia de Gregorio, tanto antes como después de su elección, que este proyecto sea conocido ahora como ‘la reforma gregoriana’. Centrada en el ámbito de la clerecía superior, el movimiento puso de manera inevitable al Papado en conflicto con los gobernantes seculares, que reclamaban el derecho a nombrar los cargos superiores de la Iglesia en sus territorios, puesto que preferían Obispos y Abades que, aparte de sus cualidades morales, favorecieran las finanzas imperiales y el poder político.
Gregorio fue elegido Papa en Roma el 22 de abril de 1073. Las relaciones con Enrique IV, emperador del Sacro Imperio, eran ya tensas en el Papado anterior, y las vigorosas medidas del nuevo Papa en el Sínodo Romano de 1075 para eliminar la simonía (venta de cargos eclesiásticos) y promocionar el celibato del clero aumentaron la tensión. En particular, el Sínodo prohibió la investidura laica (la cual es anti-bíblica), derecho reclamado por emperadores y reyes para otorgar a los prelados los símbolos de su autoridad espiritual. Enrique respondió a estas y a otras acciones de Gregorio y lo depuso de su cargo de forma solemne en la Dieta de Worms; el Papa contestó excomulgando al emperador, lo que señaló el comienzo de la Querella de las Investiduras, conflicto entre pontífices y emperadores por la autoridad en los nombramientos en la Iglesia.
Gregorio y Enrique se reconciliaron por un tiempo en 1077, cuando Enrique hizo penitencia en el exterior del castillo de Canossa y pidió el perdón del Papa. Sin embargo, el conflicto surgió de nuevo, reavivando una guerra civil en Alemania provocada por un rival que quería reemplazar a Enrique en el trono. Enrique logró entrar con su ejército en Roma, cuando el pueblo se puso en contra de Gregorio y le obligó a dejar la ciudad, que fue saqueada por sus aliados. Gregorio murió poco después, el 25 de mayo de 1085, en Salerno.
La decidida puesta en práctica de sus ideas le proporcionó leales admiradores e implacables enemigos. En apariencia indefendibles en el momento de su muerte, sus reformas fueron poco a poco aceptadas de forma moderada. Sin duda, Gregorio sentó las bases de una Iglesia regenerada en el ámbito moral, de una distinción más definida entre el papel de la clerecía y el de los laicos, y de una mayor centralización de la autoridad en el Papado. Sus acciones contra Enrique IV debilitaron la monarquía alemana. Gregorio fue canonizado en 1606; su festividad se conmemora el 25 de mayo.